*Artículo publicado en la web de Thomson Reuters Foundation for Belinda Goldsmith
Cuando era joven, una ambiciosa abogada británica, Cherie Blair, estaba firmemente en contra de la imposición de cuotas de género para favorecer las carreras profesionales de las mujeres, pero 30 años después admite que estaba equivocada.
Cherie Blair, abogada y activista a favor de los derechos de la mujer considera que el objetivo de que, al menos un tercio de los puestos de las juntas directivas de las grandes empresas de Gran Bretaña, correspondan a mujeres es un paso en la dirección correcta, pero cree que las cuotas de género acelerarían el proceso.
Las 100 empresas británicas del índice FTSE (100 principales valores de la Bolsa de Londres) han cumplido con el objetivo de que un 25% de los miembros de sus consejos sean mujeres, según un informe, pero ahora se urge a que el porcentaje sea del 33%.
El informe concluye no recomendando cuotas de género.
La investigación muestra además que los 28 países de la UE se muestran indecisos o en contra de la aplicación de cuotas de género, y que la medida sigue siendo impopular en EEUU, donde las empresas van por detrás de las europeas respecto a la representación femenina
Pero Cherie Blair, 61 años, que dirige una firma internacional de abogados y la organización Cherie Blair Foundation for Women cree que aún queda mucho que hacer para mejorar la representación de las mujeres en los niveles altos de las empresas.
Cherie Blair dijo en 1980 que era contraria a las cuotas de género y se puso del lado de los críticos cuando éstos argumentaban que establecer objetivos obligatorios conducía a contrataciones simbólicas y dificultaba a quienes lo intentaban por méritos propios. Pero ahora dice que el progreso ha sido demasiado lento.
"Yo decía que quería hacerlo todo por méritos propios, pero con el tiempo ha llegado el conocimiento y la decepción" dijo a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista.
"Tal vez pensé en un tiempo que podríamos conseguirlo sin cuotas de género, pero las cuotas de género son un mal necesario" explicó.
Cherie Blair describió las cuotas de género como "un reajuste temporal frente a lo que es claramente un problema estructural en el mercado, en este caso la escasez de mujeres que llegan a la cima".
Aunque las cifras muestran que las mujeres constituyen el 26% de los empleados de las empresas del FTSE (en torno al 12,5% en 2010) representan apenas el 9,6% de los cargos ejecutivos, y sólo 5 mujeres son jefes ejecutivos.
Blair considera que estos datos muestran que las cuotas de género son necesarias.
Las cuotas de género para integrar a las mujeres en los consejos de administración se introdujeron por primera vez en Noruega, donde se estableció que el 40% de los consejeros fueran mujeres. Para el año 2008 se alcanzó el objetivo.
Pero mientras las mujeres ocupan posiciones de poder en la política noruega, en los sindicatos y en las asociaciones empresariales, los críticos dicen que ninguna de las más importantes empresas de Noruega tiene un director ejecutivo femenino.
Las compañías que han seguido el ejemplo de Noruega con cuotas de género legisladas para las empresas incluyen España, Francia e Italia.
Cherie Blair, madre de 4 hijos, cree que en Gran Bretaña no se ha hecho lo suficiente para abordar el problema.
"Sería una revolución si hubiese igualdad en el acceso de las mujeres a puestos de trabajo, no sólo como consejeros no ejecutivos, sino como consejeros ejecutivos reales", dijo.
"Sería una revolución si las mujeres se les pagara el mismo salario que a los hombres. Estamos progresando, desde luego, pero no estamos de ninguna manera al final del viaje"
*Traducción: AED comunicación