CONSUELO ESCABIAS de N.I.S. North Incoming Service
Tengo 49 años, 3 hijos y, todavía, un marido. Me apasionaba el turismo y me diplomé en la Universidad de Deusto hace muchos años. Me incliné por abrir mi propia empresa en Bilbao y dedicarme a crear y organizar rutas y programas turísticos para dar a conocer el País Vasco. Esto fue hace 28 años junto a mi socia Mª Mar San Salvador del Valle, siempre a mi lado, siempre incondicional. Ambas sabemos responder con servicios de calidad, lo tenemos grabado a fuego en la piel.
La ética y la honestidad en nuestro caso, van por delante siempre. La profesionalidad, se nos presume. Llevamos muchos años sacando chispas de todas las cosas hermosas y, desafiantemente increíbles que tenemos en Euskadi. Confiemos en que, algún día no muy lejano, nuestra tierra pueda seguir sembrando el mundo de gente feliz.
¿Cómo estás viviendo la situación actual?
En el sector turístico, las cancelaciones de grupos internacionales empezaron a finales de enero. Tuvimos más tiempo para digerir lo que venía. Primero, lo afrontamos con desconcierto, después vino la rabia, la impotencia, y, finalmente, la incertidumbre. Ahora lo vemos como un mar de oportunidades. Estamos en pleno proceso mental creativo, mi cabeza es como una batidora. Me he dado cuenta de la cantidad de gente que está a mi alrededor regalando ideas, poniéndose a disposición.
Este momento deja algunos elementos positivos, ¿cuáles crees que son?
Se ha hecho realidad ese dicho de “que paren el mundo, que yo me bajo”. Esto es como un “reseteo”, habrá un antes y un después. Lo que ocurre, es que, como el mundo no se ha parado antes, nadie sabe cómo va a arrancar de nuevo. Lo positivo es poder reinventarse, aunque esto lo diremos todas. Pero, sí, reinventarse es la palabra. Quizás no hay que reinventar la pólvora, quizás solo tenemos que mirar el talento de las personas que nos rodean, conocernos bien y saber qué nos apasiona. Creo que tenemos que ganarnos la vida haciendo aquello que nos gusta, solo así lograremos vender felicidad y buenos momentos.
Tenemos que reinventar nuestro modelo de negocio. Hasta ahora, hemos intentado ser una agencia de turismo receptivo que aportara valor a cualquier servicio de intermediación.
Hemos creado nuevos productos miles de veces y hemos puesto en marcha actividades y tours con los que mucha gente ha disfrutado. Sin embargo, ahora, tendremos que especializarnos más, utilizar más y mejor la tecnología “amiga”, personalizar cada actividad y lograr que sean auténticas experiencias sensoriales para nuestros clientes.
Estamos trabajando en nuevas estrategias y definiendo un plan para valorar si tenemos resultados o no. En cualquier caso, es una senda que hay que recorrer y que nos obligará a estar atentas a las señales, a corregirnos si nos desviamos, eso sí, disfrutando por el camino con el trabajo bien hecho. En esto, la cosa no va a cambiar mucho.
En este sentido, ¿va a crecer en conciencia nuestra sociedad, seremos más sostenibles, va a cambiar el modelo de hacer turismo?
Probablemente aprenderemos a derrochar menos, en todos los sentidos. Tendremos que ser más conscientes de todo lo que se gasta, cómo se gasta y en qué revierte. Aunque me asusta pensar en cómo van a interpretarse estas nuevas fórmulas. Temo que solo se interprete como una gran bajada de precios y de calidad en todos los sentidos. Los precios, ciertamente, habrá que pensárselos mucho.. pero la calidad de los servicios no debe bajar.
Habrá que dar más por menos y, sobre todo, garantizar los espacios COVID free. Ya hay destinos, restaurantes, hoteles y líneas aéreas trabajando en esto y algunas ya han puesto en marcha sus nuevos productos: aviones equipados con mascarillas, renovación del 100% del aire de la cabina cada 4 minutos y máximo 2/3 de ocupación de asientos.
¿Qué nuevas oportunidades consideras se van a generar tras esta pandemia en tu sector?
Sobre todo, continuarán las medidas de higiene, anti-contagio y las regulaciones sanitarias en todas las fronteras. Así que, todas aquellas empresas relacionadas con la sanidad, materiales higiénicos y preventivos… y aquellas otras relacionadas con nuevas formas de “encontrarse”. Habrá eventos simultáneos en sedes y ciudades distintas, habrá mucha más separación en los espacios de cocktail, de cenas, restaurantes...
Habrá más viajes domésticos que internacionales y, sobre todo, la tecnología revolucionará nuestra forma de vivir y de encontrarnos. Sin embargo, en mi opinión, viajar es una necesidad ya innata en el ser humano. Especialmente después de esta cuarentena. Eso sí, creo que viajar al extranjero se convertirá en una especie de artículo de lujo. Querremos y necesitaremos movernos y viajar y lo haremos donde se garanticen medidas preventivas y, sobre todo, donde no haya masas. Se acabó el metro cuadrado en la playa, se acabaron los buffets hacinados y los establecimientos donde escuchas la conversación de la mesa del al lado. Habrá más terrazas, más espacios al aire libre. El turismo será más individual, menos en grandes grupos y con más conciencia de los lugares que visitamos. Si hasta ahora, ibas a un país y visitábamos 4 ciudades en 8 días, ahora haremos 2 ciudades en estos 8 días. Habrá que esperar a ver cómo reaccionan los precios. A menos ocupación, normalmente, los precios aumentan, pero, hay quien dice que se lanzarán muchas ofertas para llenar los sitios y vencer el miedo a moverse. No hay nada claro.
¿Qué retos vas a tener por delante a partir de ahora como mujer empresaria y emprendedora?
Bueno, yo soy una persona muy curiosa, me gusta aprender, disfruto aprendiendo. Sigo en la Universidad, siempre estudio, intento avanzar. El gran reto es estar preparada, poder aprender y disfrutar con ello. Así, las ideas casi vienen solas. Los estímulos llegan de fuera.
Hay que verlo como una gran oportunidad. En cierto modo, después del duelo y de vivir esta pesadilla, es una experiencia que, a nivel mental, me ha rejuvenecido. Tengo motivación y ganas de “recuperación”. El futuro es caótico e incierto, pero, estimulante.