MARTA CARAZO directiva de EROSKI
Marta Carazo, licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad del País Vasco empezó a trabajar en Eroski en 1990 como socia de trabajo, pasando por varios puestos en el área de ventas y logística. A lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado con el convencimiento personal de hacer del modelo empresarial cooperativo un modelo de compromiso y de transformación social que hace a las personas que lo componen (trabajadoras y consumidoras) sentirse más protagonistas y dueñas de su destino.
Actualmente desarrolla su función en el área de Gestión Social de Eroski.
¿Cómo estás viviendo la situación actual?
Con muchas emociones que no siempre parecen compatibles unas con otras.
Con tristeza por el dolor que supone la pérdida de tantas vidas humanas; angustia cuando pienso en la muerte de tantas personas en soledad o rodeadas de personas extrañas, sin poder despedirse de los que más quieren y a los que más le quieren; esperanza por tantos gestos repentinos y espontáneos de solidaridad; curiosidad por estar viviendo un momento único en la historia; también incredulidad y cierta sensación de irrealidad porque todo esto esté pasando, que haya ocurrido algo tan grande, tan global, que ha paralizado al mundo.
Para las directivas de las empresas un punto fundamental es la gestión de la incertidumbre, ¿cómo se afronta el día a día?
De un modo parecido a cómo lo hacemos en la vida personal: intentando ser conscientes de la situación, recopilando para ello toda la información posible, escuchando varios puntos de vista, aprendiendo de otras personas, y desde luego priorizando lo que realmente es importante en cada caso, buscando un nuevo y obligado equilibrio entre el cortísimo plazo, y el resto de los tiempos de gestión más tradicionales.
Y luego, sobre todo, hay que tomar decisiones. Hacerlo es nuestra responsabilidad y no hacerlo una irresponsabilidad.
Finalmente, realizando un esfuerzo comunicativo importante, ya que somos conscientes que hay mucho que contar a muchas personas y que cuanto más directa sea esta comunicación, casi con una única voz, un único mensaje, mejor.
En un momento de tanta incertidumbre, las personas necesitamos sentirnos lideradas, que se nos ponga en clave de coprotagonistas y no de víctimas.
Este momento deja algunos elementos positivos, ¿cuáles crees que son?
La enorme capacidad del ser humano de enfrentarse a situaciones extraordinarias, adaptarse a ellas y superarlas; el potencial infinito que tiene la colaboración y la solidaridad a todos los niveles.
Nos hemos encontrado de nuevo con elementos de solidaridad y esfuerzo; ayuda a quien lo necesita y aplauso a quien lo merece. Mucha gente trabajando y muy bien. En nuestra empresa lo hemos podido ver desde el primer momento y ha sido algo general, percibido por todas las personas que formamos parte de Eroski y va a ser algo que deje poso y de lo que sintamos mucho orgullo. Vamos a aprender cosas, espero que sí. Y evitar que ocurran de nuevo. También estaremos mejor preparadas para este tipo de situaciones a futuro.
En lo profesional y en lo personal ¿cuáles están siendo tus aprendizajes? Alguna reflexión en voz alta.
Un aprendizaje claro es la necesidad de estar preparados, en lo profesional y en lo personal también, para afrontar este tipo de acontecimientos sorpresivos. No todo es reactivo, también se pueden anticipar cosas.
Y también ser conscientes de que no todo se podrá prever; hoy es un virus, mañana será otra cosa. Hemos vuelto a descubrir que somos vulnerables.
Otro aprendizaje relevante es que somos mucho más consciente de cuánto dependemos las personas unas de otras. No podemos hacer ni conseguir nada solas, siempre dependemos de alguien, aun cuando no seamos suficientemente conscientes de ello.
La situación actual ha puesto de relevancia muchos ejemplos de ello: el personal sanitario, profesionales de supermercados, transportistas, fabricantes de mascarillas, servicios de limpieza, etc. Es decir, quienes garantizan lo básico y los cuidados.
Sectores y personas en las que muy pocas veces hemos pensado como figuras clave en el sostenimiento de nuestro sistema y que, sin embargo, ahora vemos que son imprescindibles, que sin ellas no es posible nada.
Sectores, dicho sea de paso, ocupados gran parte de ellos por mujeres que han demostrado una enorme madurez y responsabilidad trabajando cada día en primera línea, arriesgando sus vidas sin saber muy bien a qué hay que temer, sin apenas quejarse y sin faltar un solo día a cumplir con su obligación de dar servicio, mientras el resto de la sociedad permanecía resguardada en casa a la espera de mejores noticias.
Se repite insistentemente que nuestra sociedad va a crecer en conciencia ¿aumentará la responsabilidad social, seremos más sostenibles, vislumbras un cambio de modelo?
Esta situación está siendo muy intensa y en un plazo muy corto de tiempo, con lo que preveo que los aprendizajes serán también muy intensos, …pero también muy acotados si no aprovechamos el momento para hacer una reflexión profunda y serena sobre lo que queremos ser a nivel personal y también del propósito de empresa, nuestra misión. Una misión que nos impulse a un desarrollo empresarial más sostenible, igualitario, y transformador.
Tenemos demasiadas ganas de que todo esto pase y poder volver a nuestros comportamientos anteriores, y además queremos creer que esta vuelta va a ser posible y también rápida.
Intuyo que mantendremos, como poco durante algún tiempo, una mayor consciencia de la interdependencia que tenemos las personas unas de otras y a todos los niveles, y también espero que algo vaya a cambiar en el ranking de nuestras prioridades vitales (más cambio de posiciones que nuevas incorporaciones)
El reto está en conseguir que los cambios que se produzcan estén motivados por un cambio profundo de conciencia personal, pero también social, política y empresarial.
¿Qué nuevas oportunidades consideras se van a generar tras esta pandemia en tu sector?
El Sector de la Distribución Alimentaria ha sido uno de los que con más fuerza se ha visto como imprescindible para el funcionamiento básico normal de nuestra Sociedad.
Sin duda lo ha sido siempre, pero no de una manera tan evidente como lo es ahora.
En consecuencia, ha habido un aumento de nuestro prestigio social, lo cual es positivo, y junto a él vendrá un aumento de la exigencia por parte de las personas consumidoras, lo cual es más positivo aún.
Nos obligará a buscar y encontrar mejores soluciones para nuestra clientela y no solo para ayudarles a llenar su despensa, también para hacerlo en las mejores condiciones para su seguridad y salud.
Esto impulsará seguro el desarrollo de nuevos productos, de nuevos servicios y también de un nuevo modelo de relación con la clientela.
¿Qué retos vas a tener por delante a partir de ahora como mujer directiva?
Dado que no podemos elegir que esta situación no hubiera ocurrido, sí podemos apreciar y hacer apreciar al resto de personas con las que trabajamos los efectos positivos que está teniendo y los que aún podría tener si decidimos buscarlos y aprovecharlos.
Después de un tsunami mundial como el que estamos viviendo, las aguas querrán volver a su cauce y tenemos la oportunidad y responsabilidad, a todos los niveles y en todas las organizaciones, de intentar canalizarlas a uno mejor.
Esta “ventana de oportunidad” no durará mucho tiempo, en cuanto nos descuidemos querremos volver – también en términos de gestión – a la situación de confort anterior.
Ahora es el mejor momento para priorizar, centrarse en lo verdaderamente importante y acelerar los cambios necesarios para conseguirlo. Es el momento de tomar decisiones audaces y posibilitar la transición hacia este nuevo paradigma.