Las entidades financieras vascas ponen más obstáculos a las mujeres que a los hombres a la hora de acceder a los productos financieros. Así lo revela el informe "Finanzas y desigualdades de género" elaborado por la ONGD Setem Euskadi.
El informe percibe sexismo en el sistema financiero, aunque éste pasa desapercibido, incluso para las propias mujeres. De hecho, en una encuesta realizada para la elaboración del estudio sólo el 10% opina que los hombres tienen mayor cultura financiera, y las propias mujeres descartan que reciban un trato diferenciado respecto a los hombres.
La técnica de investigación utilizada para realizar el estudio incluía a una mujer y a un hombre que acudían a oficinas bancarias para solicitar los mismos productos financieros con las mismas condiciones. En líneas generales, a la mujer se le pidió más requisitos, así como información de tipo personal y laboral que no es solicitada en el caso del hombre.
Cuando era una mujer la que pretendía acceder a los servicios financieros de la oficina elegida, los bancos indagaron sobre aspectos como el estado civil, o si la solicitud iba a involucrar a otras personas. En cambio, al hombre no se le preguntaba acerca de su vida laboral, y apenas sobre su estado civil.
Las trabas hacia la mujer se incrementaron al tratar de acceder a un crédito de negocio, caso en el que las entidades supeditaron aprobarlo a los resultados de un plan de viabilidad.
En el caso del hombre, que se encontraba en el mismo supuesto, la respuesta fue en todos los casos afirmativa, sin la dependencia de un plan de viabilidad (independientemente de que, en el caso de continuar con el supuesto hasta el final, dicho plan fuera requisito indispensable para la concesión o no del crédito).
Además, a la mujer se le exigió un avalista en la mitad de los casos, mientras que para el hombre no fue una exigencia relevante.
Según el informe, "queda en evidencia que la desconfianza de las entidades hacia las clientes mujeres es mayor que en el caso de los hombres, algo que a su vez afecta en forma de peores condiciones de crédito para las mujeres".
Por ejemplo, al hombre que actuó como supuesto cliente en este estudio le ofrecieron hasta 160.000 euros de crédito hipotecario, mientras que en los casos en los que se confirmó una cantidad concreta a la mujer, esta fue de 95.000 euros.
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