Todos los indicadores apuntan a que la salida de la crisis es un hecho. Los informes del Instituto Nacional de Empleo, los que elabora Laboral Kutxa o los que aportan las diferentes organizaciones empresariales así lo corroboran. Pero no hay que olvidar que son sólo eso, indicadores. Apuntan a que la situación económica mejora respecto a los años precedentes, pero apenas nos adelantan nada sobre el futuro. O al menos no en principio.
Si algo nos ha enseñado este último decenio de historia, al menos en lo que respecta a los datos económicos, es que los economistas son analistas del pasado y del momento, y sus pronósticos, basados en la predicciones periódicas de las fluctuaciones de la actividad económica, no van más allá de tres o cuatro años.
A veces ni eso. De hecho son escasos los expertos que en 2008, cuando se inicia la gran recesión, fueron capaces de augurar el desastre.
Es cierto que el optimismo es contagioso. Lo mismo que la tristeza. Y ambas actitudes tienen sin duda efectos en la economía. Así que alegrémonos porque es cierto que se respiran buenas vibraciones.
Así lo subraya, por ejemplo, el informe de Laboral Kutxa del segundo trimestre de este año según el cual, mejora la confianza de los hogares vascos cada vez más alejada del pesimismo de la primera parte de 2014.
Que se confirme en el entorno más próximo esa recuperación, será determinante para recuperar el consumo, la inversión y la capacidad de ahorro, añade el dossier de Laboral Kutxa.
Pero volvemos a los indicadores. Porque la confianza se basa únicamente en ellos (o casi) y porque los vascos, en este caso, esperan que se va a producir una recuperación de la economía y del empleo.
Es cierto que los datos son positivos. Según el Instituto Nacional de Empleo (INE) el número de horas extras realizadas en 2014 en la Comunidad Autónoma Vasca, superó los 14 millones, una barrera inédita desde 2010.
Además, según Confebask, en mayo el número de empresas inscritas en la Seguridad Social se incrementó en 549; y el número de autónomos aumentó en 431 personas, el mejor dato para el mes de mayo desde 2007.
Esto no se traduce en más empleo, es cierto, pero si da a entender que la industria vasca estaría en la senda de la recuperación; y en el mismo sentido apuntan otros datos como el fuerte descenso de los ERE.
Volvamos de nuevo a los expertos para conocer como interpretan estos datos. ¿Son de fiar? Un de ellos, Joseba Madariaga, director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa, hacía en uno de sus artículos en la prensa vasca este ejercicio de humildad:
"La crisis que se inició mediada la década pasada marcará a toda una generación por las consecuencias que está teniendo en diferentes ámbitos de nuestras vidas. Sus causas, la manera de abordarla, todo ha sido difícil en el transcurso de estos desalentadores años. La corrección de los desequilibrios (principalmente, entre otros: déficit, endeudamiento y competitividad) ha dejado claro que los economistas sabemos lo que sabemos, pero hay muchas cosas que no sabemos, sin duda más de las que sabemos".
Sepan o no sepan, son nuestra única referencia y no nos queda mas que confiar en ellos. Sin excesos. Seamos optimistas pero sin caer en la euforia. Porque casi todos coinciden en señalar que causas exógenas han sido determinantes para que los indicadores económicos sean positivos, y aquí hacemos referencia a los bajos tipos de interés, la depreciación del euro o los bajos precios del petróleo.
Madariaga, economista de referencia en el ámbito vasco, también quiere ser optimista, pero cauteloso. Por eso en sus escritos se refiere al momento económico actual de la economía vasca como "ilusionante", si bien cree que para activar el mercado laboral, (que es en definitiva el objetivo, que haya trabajo para todos), es indispensable que el sector financiero canalice fondos hacia la economía real.
"Y necesitamos ideas, innovación, además de los mecanismos de formación de nuestra fuerza laboral necesarios para poder materializarlos en productos o servicios que aporten valor añadido en un contexto global. En definitiva -añade Madariaga- la salida de la crisis requiere más que nunca sumar entre todos, porque el camino no es fácil y lamentablemente no existen atajos".
Otro más pesimistas como Antxon Pérez de Calleja ponen en duda la salida de la crisis y se muestran convencidos de que "ya nada volverá a ser igual" a antes de 2008.
"Simplemente, -dice en su blog- se han dado un conjunto de circunstancias afortunadas que no responden ni a la gestión realizada ni a una verdadera salida de la crisis, que no se ha producido. Aunque sólo sea porque tener cinco millones de parados quiere decir que casi todas las asignaturas pendientes siguen estando ahí".
Pérez de Calleja pone el énfasis en "un conjunto de circunstancia afortunadas" provenientes del mundo exterior, pero con un Gobierno español de "espectador pasivo".
En su, ¿tal vez excesivo?, pesimista análisis, Antxon Pérez de Calleja, recuerda que tras años de recesión, y al comienzo de la recuperación "es frecuente que se produzca un crecimiento muy por encima del potencial", pero llegará el tiempo de nuevos ajustes, y las tasas de crecimiento no llegarán ni al 1%".
Hasta aquí los datos económicos y las diferentes interpretaciones de dos expertos relevantes de nuestro ámbito más próximo. Las percepciones son suyas.