Teresa Busto es una empresaria de Bilbao que contagia entusiasmo. La moda, el diseño, las creaciones únicas, la seda, las mujeres que buscan la elegancia sin oropeles son su especialidad. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, fue uno de sus mentores abriéndole la puerta del regalo institucional. A él le vendió su primer pañuelo, una edición única, una obra de arte. Y se lo agradece.
Empresaria innovadora donde las halla, Euskadi se le quedó pequeña. Y hoy mujeres de todo el mundo, desde Nueva York hasta los Emiratos Arabes, lucen sus creaciones con distinción, seguras siempre de que nunca encontrarán a otra mujer vistiendo su misma prenda.
El ICEX, la entidad pública que promueve la internacionalización de las empresas españolas acaba de seleccionarla para ir a la Semana de la Moda de Nueva York.
Teresa Busto es socia de AED. Esto nos ha contado en nuestra entrevista con ella.
¿Cuáles son tus inicios como empresaria de moda?
Siempre he tenido aptitudes artísticas y empresariales. Soy hija de empresario, diseñador naval, y siempre me he estado moviendo entre planos de proyectos y viajes de trabajo. Y siempre relacionada con el sector textil.
Después de dedicar muchos años a cuidar de mi familia pensé que era mi momento, y abrí un pequeño negocio de moda en Bilbao con la pretensión de vender las cosas que yo hacía. Y con mucho éxito, la verdad.
Y hace cinco años, abres un atelier en Henao y reconviertes tu negocio hacia el sector del lujo
Sí, me hacía falta un local que permitiera cierta discreción e intimidad para recibir a mis clientas, porque lo que hago es sobre todo ropa a medida. Y sí, desde que empecé al negocio le he dado mil vueltas. Ahora fabrico yo misma mi género y hago piezas únicas. El pañuelo de hombre y mujer, camisetas de seda natural, pañuelos que sirven de chaqueta y que en el bolso no abultan. El pañuelo es, además ideal como regalo, porque no tiene talla y siempre aciertas.
El lujo sobrio que yo hago está muy demandado, sobre todo por un tipo de mujer que quiere estar bien, pero que no se vea ostentoso. El verdadero lujo es ese, el discreto.
¿Cuál es el perfil de tus clientas?
Mi clienta es una mujer de edad media, profesional, y con una vida social activa. Mujeres que necesitan estar bien, elegantes, pero discretas. Lo que más hago es ropa de trabajo. Por ejemplo unos pantalones que no se arrugan que son maravillosos. Y en general prendas atemporales y femeninas. Yo no hago trajes sastre, como de hombre. Hago chaquetas adaptadas al cuerpo de la mujer. Y luego hago mucha ceremonia, mucho coctel, mucha boda. Y lo que más me gusta, madrinas. Hago muchas y muy bien, seguramente porque por edad me identifico mucho con esa figura.
Pero además tienes clientes en Estados Unidos, en Dubai. ¿Cuéntanos como fue la internacionalización de tu empresa?
Yo vi que tengo un producto que es fácilmente transportable, y entonces eso me llevó a la reflexión de que por qué no salir fuera. Luego vi en prensa que una misión de diseñadores iba a los Emiratos árabes y la SPRI consideró que tenía un producto adecuado para aquel mercado y me apoyó.
Ahora ya voy sóla, me dedico al sector del lujo y soy, por ejemplo, la única proveedora, yo creo que española pero desde luego la única vasca, que vende en el hotel Burj Al Arab de Dubai, el único hotel con siete estrellas del mundo.
Y en octubre vuelvo y voy con una agenda cargadita.
¿No es difícil para una mujer introducirse en los negocios en un mundo tan masculino como el árabe?
La mayor parte de las veces negocias con libaneses, egipcios, hindús, filipinos. Con los árabes es muy difícil. Y lo cierto es que ser mujer es una ventaja porque me permite introducirme en ambientes donde los hombres no llegan.
Llevo asistiendo tres años como comisionada de AED a las convenciones de mujeres que se hacen allí y esto me ha permitido contactar con mujeres muy influyentes y con muy buenos contactos.
Además, tengo la ventaja de que les ofrezco un producto único, un pañuelo que nadie tiene. Y eso no lo ofrece ninguna marca. Ni Loewe, ni Gucci.
¿Hay posibilidades de negocio en esa zona del mundo?
Muchísimas. Están en plena expansión, preparándolo todo para la Expo Universal de 20120; se van a construir 150 hoteles de lujo y todo es faraónico. Cuesta abrir puertas, pero una vez que lo consigues son clientes bastante fieles.
¿Qué productos se demandan?
Desde luego que todo lo relacionado con el lujo, todo lo que sea diferente y de calidad. Empresas de ingeniería, consultoría, arquitectura, decoración tienen muchísimas posibilidades.
Y ahora mismo nos hemos enterado que has sido seleccionada por el ICEX para participar en la semana de la Moda de Nueva York
Así es. Me voy en setiembre. Primero a Connecticut y luego a Nueva York. Es un mercado donde ya estoy. En el Museo Guggenheim, en tiendas, hoteles. Allí presentaré mis productos de siempre y alguna cosa nueva que todavía no quiero desvelar hasta que lo presente también en Dubai, y luego en noviembre en Bilbao.
¿Cuál es tu secreto para hacer tantas cosas a la vez?
Eso me pregunto yo. He aprendido de la forma de organización de los jóvenes. Trabajo en red, con los mejores de cada disciplina y siempre en función del proyecto. En total somos unas 9 personas, y eso sí el trabajo de taller lo hago yo sóla.
¿Desde cuándo estás en AED?
Desde hace 5 años y estoy encantada. Considero esencial las reuniones de networking porque es importante que entre las mujeres empresarias se creen sinergias, y es que el mundo es muy competitivo y muy duro.
Yo desde luego si necesito una abogada, una diseñadora, una consultora lo primero que hago es acudir a la asociación y por supuesto que todos mis contactos en los Emiratos están a disposición de todas las socias.